sábado, 15 de septiembre de 2007

BANCO DE SANGRE = SIDA

No me convence y creo que a nadie, los argumentos del ministro de salud respecto al caso del banco de sangre del Hospital Carrión del Callao, lo que ha quedado de todo esto, es una alarma enorme respecto de la seguridad en estos, la reacción tardía por parte del ministro y la desidia e insensibilidad de los encargados del Hospital no me hace sino pensar en manos de quien estamos. Uyuyuyuy que miedo.
Al respecto diré algo, dicen que tenemos la mejor economía de la región, que nuestras arcas están rebosantes pero en nuestro presupuesto anual no se ve reflejado aquello. Medidas aisladas, sin norte alguno, me pregunto, ¿llegaremos a alcanzar las metas que dictó el presidente en su mensaje del 28?, creo que no. No me precio de ser un clarividente, tampoco me he diplomado de pesimista, pero un año después no se ve un cambio en el manejo del Estado, y como quiera que sea reformar el mismo, me parece que habrá que pagar una especie de derecho de piso para lograr el esperado cambio, es decir el desmontaje no solo de organismos sino también de mentalidades tiene que pasar por un reordenamiento salarial, pero ahí no acaba la cosa, mucho más que eso se tendrá que hacer.

Si fuéramos menos ambiciosos, vale decir, mas realistas, pensaría en reformular el Estado empezando por un área, digamos salud, planificando, reorganizando, dotando de recursos para la construcción de un sistema adecuado para el presente y proyectado al futuro, hace 40 años hablar del sector salud implicaba construir grandes hospitales en las principales ciudades, ahora esos hospitales o ya colapsaron o están a punto de hacerlo, ¿qué hacer?, uhmmm, eso hay que dejarlo en mano de los especialistas, los capos, aquellos que no trabajarían para el Estado después de la reducción salarial que dictó este gobierno.

Pero quiérase o no, la clave es planificar y cumplir con lo que se planifica, dotar de un presupuesto y priorizar la eficiencia en todos los ámbitos. La gente te perdona todo, incluso que no cumplas con tus promesas, pero no olvida que te olvidaste de ellos, Alan tienes la palabra, aunque ahora te queda solo 4 años.

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