sábado, 15 de septiembre de 2007

RADIO PIRATA

El fenómeno de las radios piratas es evidentemente notorio apenas a unas pocas cuadras del centro de Lima, apenas se cruzan los limite del enorme distrito de San Juan de Lurigancho la transmisión de las radios “oficiales” se distorsionan y empiezan a diluirse entre huaynos y mulizas, fiestas costumbristas, evangélicos desaforados y avisos de chamanes que curan el mal de amor y la sacada de vuelta, en fin, emisoras que han tomado por asalto el éter y han ingresado a las casas de los vecinos sea en amplitud modulada o en frecuencia modulada sin pedirle permiso a nadie.

Todos tenemos derecho a la libre expresión pero al igual que los grandes broadcasters nacionales, los propietarios de radios piratas confunden la libertad de empresa con la libertad de información, así como los vendedores ambulantes confunden aquella con la libertad de trabajo, olvidando que nuestros derechos acaban donde empiezan las de los otros ciudadanos.

El Estado peruano tiene una serie de mecanismos e instituciones que permiten a la ciudadanía acceder a un reconocimiento oficial, ello le otorga a quien accede una protección (al menos en teoría) materializando a su vez los derechos que proclama la Constitución, así por ejemplo, el Estado a través de una institución llamada RENIEC, reconoce y garantiza la identidad de cada uno de los ciudadanos. El Estado cuenta con las Fuerzas Policiales para controlar y reprimir los actos que atenten contra la vida, la salud y la propiedad, y a través del Poder Judicial entre otros se declaran derechos y se sancionan las conductas prohibidas por la ley, que a su vez ha sido inspirada en los preceptos constitucionales.

Nada de esto, sin embargo, es gratuito, el Estado asume una serie de costos que deben ser cubiertos por todos los ciudadanos, de esta forma es que llegamos al tema de los impuestos, en el cual existen dos niveles, el general, que abarca a todo el universo de ciudadanos, y otro nivel más específico, en el cual se distinguen a las personas sea por el nivel de sus ingresos o por la actividad que realizan. Los dineros que recauda el Estado a traves de su institución llamada SUNAT permite cubrir todos los costos de su administración y asumir también lo que cuesta mantener todo el sistema en operaciones. Lógicamente un Estado brindará mejores servicios mientras esté mejor administrado y recaude mejor.

Pero ello tampoco quiere decir que solo aquel que pague impuestos tiene derecho a los beneficios y protección que se pueden obtener del Estado y recurrir a él cuando así lo requiera, pues la Constitución Política le exige que extienda sus servicios a todos sin consideraciones.

Definitivamente nadie podrá convencerme que este es un Estado eficiente, sino que lo digan los pobladores de Chincha, Pisco e Ica, pero en momentos así es que somos conscientes que no tenemos un Estado eficiente y es nuestra responsabilidad, cuando so pretexto de ahorrar y mejorar mis ganancias, incumplo las normas de higiene y salubridad en mi restorán, cuando me paso la luz roja, cuando no pago mis arbitrios municipales ni los demás impuestos, cuando adultero la gasolina en mi grifo, cuando no otorgo boletas ni facturas en mi negocio, cuando construyo con materiales de mala calidad para ganar mas, cuando vendo medicinas bamba, como entonces puedo pedirle excelencia al Estado que tan mal mantengo?.

Primeramente, el tema de las radios pirata no debería existir, para que opere una radio debe tener licencia, es decir cumplir una serie de dispositivos que la obliguen a cumplir disposiciones de seguridad, como la exigencia de plantar sus antenas en lugares donde no se exponga al peligro a los demás ciudadanos, ni interferir en las ondas de radioemisoras autorizadas, que si cumplen con las obligaciones estipuladas por el ente ministerial.

Si se cumple con cerrar una radio pirata, no se atenta contra la libertad de información ni expresión, algunos hasta se aventuran a decir que se atenta contra la libertad de hacer empresa, FALSO, pues la ley obliga a cumplir una serie de normas de carácter técnico y legal para poder operar una radioemisora, en el espectro electromagnético que es cedido en concesión por su propietario que es el Estado. Si a un taxista se le detiene por circular sin luces no se está pisoteando su derecho a trabajar, pues aquel sujeto incumple normas legales inspiradas en preceptos constitucionales de protección de la vida humana, ¿es qué la ley de la selva es más importante? por qué entonces cuando se necesita del Estado se recurre a gritos a él y por qué cuando se trata de cumplir con obligaciones al Estado se le ignora?, creo que en esas preguntas radica parte de las claves para salir del subdesarrollo.

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