viernes, 17 de agosto de 2007

LA TIERRA SE MUEVE: LOS TESTIMONIOS



Argentinos, testigos en Lima: "La sensación es terrible"
(TOMADO DEL CLARIN-ARGENTINA)
¿Esta ciudad tiembla así todo el tiempo?"Entre el temor y la falta de experiencia, la pregunta la disparó una argentina, en el momento que el gran sismo se hacía sentir en Lima. Claudia Martínez fue durante años editora de contenidos de Clarín y actualmente trabaja para la agencia de noticias Bloomberg. Viajó a Perú por trabajo. Una reunión en el edificio del diario El Comercio, una conversación con periodistas y el suelo que comienza a temblar en pleno casco histórico de la capital."Era como estar arriba de un barco. No estaban desesperados, yo pensé 'debe ser normal en esta ciudad'. Enseguida alguien dijo que estaba durando más de la cuenta y empecé a ver cómo caían muñequitos y souvenires de las repisas, también los libros de los escritorios. Temblaban los vidrios y los vitraux. Todos comenzaron a intentar mandar mensajes de texto por sus celulares."Un segundo de pánico puede durar una vida. "Fueron dos minutos -acá dicen que es mucho tiempo- y se sintieron eternos. Yo hacía lo que hacían todos, así fue que primero nos paramos debajo de los marcos. En mi inexperiencia yo insistía con la muletilla: '¿Esto es siempre así?' Pero el periodista con el que yo estaba conversando me dijo que no, que no es siempre así. Estaba pálido. Yo estaba aferrada a su brazo: todavía tengo la sensación de ese pulóver en la mano". Una vez afuera, los semáforos se movían y se inclinaban los edificios, cuenta. Algunos ya lloraban de susto. "El taxista que me estaba esperando me dijo que mientras manejaba el volante empezó a moverse solo. Entonces él se bajó hasta que todo se calmó y recién ahí volvió a subirse al auto."El argentino Carlos Solano vive en Buenos Aires pero viaja seguido por Sudamérica como representante de la estadounidense Belkin, que vende accesorios para computadoras. El miércoles estaba en el hotel Meliá, en el barrio limeño de San Isidro, y debió evacuarlo de emergencia cuando las ondas del terremoto llegaron hasta el octavo piso. "En pocos segundos -cuenta a Clarín- estaba abajo, cruzándome en las escaleras con gente que huía despavorida. Nunca sentí nada igual, el piso que se movía, el ruido de vidrios rotos y algo que raspaba (luego supe que eran las dos torres del hotel que chocaban entre sí), un olor feo y, ya abajo, el color del cielo rojizo".Solano y el resto de los huéspedes estuvieron una hora en una plaza frente al hotel y ahí observaron las rajaduras de las paredes externas, además de un "tremendo caos de autos y gente escapando de todos los edificios", dice. Muchos "estaban en calzoncillos o recién bañados. Yo -agrega-, con una bata, y recuerdo que cuando salí corriendo me llevé por delante una mesita, mientras estaba hablando por el celular con un amigo a quien le iba relatando en vivo y en directo lo que estaba pasando, mientras él trataba de calmarme".Luego fueron autorizados a regresar a sus habitaciones, pero al segundo temblor se repitió la evacuación urgente. "Y a la noche no pudimos dormir porque hubo una seguidilla de temblores y la cama era una mecedora. La sensación es terrible porque no sabés qué va a pasar".





Julio Gómez pasó un trago amargo

Gómez sintió pánico con el sismo. El técnico de Universitario, Julio Gómez, confesó que el miércoles pasó el peor susto de su vida debido al movimiento telúrico que se produjo en Lima. "Ya estábamos en el estadio y de pronto empezó a moverse la tierra, sentí pánico. Menos mal me tranquilicé, pero en la noche no pude dormir, tenía miedo de que la tierra vuelva a temblar", sostuvo el DT paraguayo. En tanto, el equipo crema tiene pensado realizar un partido benéfico para ayudar a los cientos de damnificados por este terremoto.




Así vivieron el drama en Corea

(tomado de La Republica)
• "Al estar tan lejos sentimos mucha impotencia", admitió Reimond Manco.
Suwon, Corea del Sur.

Los 'Jotitas' quieren darle una alegría al país mañana.El doctor Jorge Alva fue el primero en detallarle a La República, a través del hilo telefónico, cómo vivió la Sub 17 el terremoto que estremeció al Perú el último miércoles. "Eran las 8:30 am (6:30 pm. hora peruana) y cuando varios estaban en la internet antes de ir a desayunar llegó la noticia que se expandió rápido por todo el piso 15 del hotel Lavie D’or. Se temió lo peor y todos nos asustamos mucho", contó el médico del equipo que debuta mañana en el Mundial de la categoría ante Corea.
hablaron con familiares
Ayer la Sub 17 tuvo, extrañamente otra vez, problemas con el transporte. Entrenó a las 6:00 pm. en la cancha auxiliar del estadio de Suwon Sport Complex. Felizmente los jugadores, a esa hora, ya estaban más tranquilos pues todos lograron comunicarse con sus familiares.
"Quiero saludar a mi madre, a todos, que estén tranquilos. Nosotros trataremos de ganar y dar una alegría para ayudar a superar este mal momento", sostuvo Reimond Manco. "Enterarse de algo así, cuando se está tan lejos, produce una terrible sensación de impotencia", agregó. Hoy la selección reconocerá el estadio por la noche y mañana debutará en el Mundial luciendo un crespón negro.
Los padres del zaguero Jairo Hernández viven precisamente en Pisco pueblo. "No podía hablar con ellos, fui de los últimos en hacerlo y estaba tenso. Felizmente todos están bien y ya estoy más tranquilo", dijo.
“Sólo veía muerte”.
Aún no repuesto del impacto del devastador terremoto que destruyó su ciudad, el alcalde de la ciudad de Pisco, Juan Mendoza, relató que durante el sismo sintió que su casa "se movía como olas" y después sólo "veía gente que lloraba, muerte y desolación". Mendoza explicó que su hermana mayor murió durante el sismo, a pesar de lo cual se mantiene en la coordinación de las labores de ayuda humanitaria y rescate de las víctimas. "El terremoto fue una cosa indescriptible, mi casa se movía como si fueran olas, cuando vi lo que había pasado fue la impresión más grande, gritaba como un loco, sólo veía gente que lloraba, muerte y desolación", describió. El alcalde de Pisco manifestó que, sin embargo, aún tiene "muchas esperanzas de encontrar gente con vida entre los escombros". Basó sus expectativas en que se considera que hay muchas personas atrapadas entre las ruinas de la iglesia principal, un hotel y otros dos edificios que colapsaron durante el sismo.
Una de las damnificadas por el terremoto, Palmiña Panduro, de 39 años, brindó un impactante relató del momento de la tragedia. "Entre tinieblas tratamos de ponernos a buen recaudo, salimos de la casa con todo lo que pudimos agarrar para abrigarnos y peregrinamos toda la noche hacia las colinas que estaban llenas de gente", señaló. Esta mujer, madre de tres hijos, explicó que muchos de los afectados decidieron ir hacia la zona de las colinas cercanas porque temían "que se saliera el mar". "Ahora no sabemos que hacer", respondió al ser interrogada sobre su futuro.

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